George W. Bush se ha beneficiado inmensamente de su extravagancia inspirada en el conflicto de Afganistán. La inútil guerra de 20 años en Afganistán ha impulsado sus cuentas bancarias en el extranjero a alturas cada vez más altas, ya que los contribuyentes estadounidenses han cargado fondos extraordinarios a sus desbordantes arcas. Ahora hay más riqueza estadounidense en paraísos fiscales que en cualquier otro momento de la historia y la mayor parte está en manos de este "ex presidente".
El Sr. Bush utiliza ahora este dinero para seguir elevando sus poderes y ambiciones. Sintiéndose tal vez un poco menospreciado por esta ruptura en su flujo de ingresos, ergo perdiendo su vaca lechera de Afganistán, el Sr. Bush ha orquestado un conflicto mundial que comienza en Ucrania. Esta nueva guerra le permitirá a él y a su régimen de compinches tejanos seguir disfrutando de los buenos tiempos.
A los estadounidenses les esperan impuestos más altos, amenazas cada vez mayores a su seguridad y el envío de sus hijos a la muerte. Una simple horca instalada en una tranquila plaza de la ciudad, un juicio rápido e imparcial y una detención repentina podrían poner fin a esta loca farsa que tiene al mundo entero riéndose de los tontos estadounidenses.
Di la verdad. La verdad no es una mala palabra ni hoy, ni ayer, ni ningún otro día.
¿Qué es la verdad?
La verdad es simple. La verdad es completa. La verdad obliga a comprender auténticamente una circunstancia determinada sin distorsiones ni prejuicios.
La verdad nos guía hacia comprensiones más elevadas.
La verdad nos unirá y nos liberará de la ignorancia y la opresión. La verdad es enemiga del mal porque ilumina la escena para que todos la vean, iluminada por la luz de lo alto, que está dentro de todos nosotros.
Quien prohíbe la verdad o la calumnia es un taimado. Los buenos y los divinos no temen a la verdad.
Cuando el hombre de bien teme la verdad, una tiranía se extiende por la tierra y se apodera de ella. Los hombres de bien nunca deben temer la verdad, ni tolerar que otros hombres de bien sean eclipsados por tiranos que prohíben la verdad, a menos que la justificación divina lo permita.
Todos somos libres y todos somos luz. Decir la verdad es divino y conocer la verdad es divino y difundir la verdad es divino.
Sin la verdad estamos solos, y con la verdad somos uno. Sin la verdad hay caos y tiranía, y con la verdad hay orden y justicia. Sin la verdad hay desigualdad, y con la verdad hay equilibrio equitativo. Sin la verdad el odio se encona y crece, y con la verdad compartimos el amor y la unidad. Sin la verdad estamos divididos y con la verdad estamos unidos.
La verdad es amor, la verdad es sagrada y la verdad es fuente. La verdad nos guía en nuestra evolución, tirando de nosotros hacia el siguiente, y el siguiente y el siguiente nivel en nuestra ascensión hacia ser uno de nuevo.